Times Square reinventa su tradición

Times Square recibirá el 2026 con una transformación luminosa: la Constellation Ball, la bola más grande instalada desde el inicio de esta tradición en 1907. Con 3,8 metros de diámetro, más de 5.400 kilos de peso y 5.280 cristales circulares Waterford en tres tamaños, la nueva esfera reemplaza al diseño triangular usado desde 1999 y propone una estética que celebra continuidad y renovación. Para sus creadores, la forma y la luz representan una conexión emocional con el pasado, el presente y el futuro, mientras mantienen vivo un ritual colectivo que marca el paso del tiempo.
Cada 31 de diciembre, la bajada de la bola concentra en el corazón de Manhattan a miles de personas que cuentan los últimos 60 segundos del año, junto a millones de espectadores que lo siguen desde sus casas. El descenso comienza a las 11:59 p.m. y culmina con abrazos, besos y una sinfonía de gritos y confeti que sella el inicio del nuevo calendario. Aunque hoy es un evento global, su origen fue más modesto: Jacob Starr, un inmigrante ucraniano, y Adolph Ochs, editor del New York Times, idearon un símbolo luminoso tras la prohibición de fuegos artificiales.
La tradición bebe de las bolas del tiempo del siglo XIX, usadas en puertos para sincronizar cronómetros, pero ganó identidad propia cuando Starr comenzó a bajarla manualmente un minuto antes de la medianoche. Su nieta, Tama Starr, sostiene que la innovación consistió en adaptar un mecanismo útil al espectáculo urbano y cargarlo de electricidad recién llegada al vecindario.
Desde entonces, la bola evolucionó de madera y hierro a cristal y LED, manteniendo vivo un gesto que, en una ciudad apenas electrificada hace un siglo, parecía una ventana al futuro y hoy sigue siendo parte esencial del imaginario del Año Nuevo.
Times Square reinventa su tradición fue publicado originalmente en telemundoindy.com