¿Se pueden sentir aires navideños de Puerto Rico en Cleveland?
CLEVELAND, Ohio (LMN-Digital) — Cuando llega diciembre, a los boricuas se les activa el modo “¡parranda!”: un asalto navideño de música y amistad que se hace de casa en casa, casi siempre de noche, para sorprender a familiares y vecinos con aguinaldos.
En la guía oficial de Discover Puerto Rico, se explica que las parrandas, “también conocidas como asaltos o trullas navideñas”, son “la versión boricua del Christmas caroling” y se escuchan de noviembre a enero.
Su raíz viene del campo. El Nuevo Día, diario de Puerto Rico, recuerda que esta costumbre “se originó entre los agricultores de las zonas rurales”, conectando la herencia de los villancicos españoles con el sabor musical puertorriqueño.
Con el tiempo, la tradición se volvió un símbolo de comunidad: llegas sin avisar, cantas frente a la puerta, y la casa “asaltada” se une al grupo… y así la parranda crece.
¿Qué no puede faltar?
Instrumentos como el cuatro, la guitarra, el güiro, maracas y panderetas; canciones de aguinaldo, plena o seis; y, claro, algo para picar: pasteles, lechón, arroz con gandules y un coquito para “calentar” la noche.
¿Qué pasa cuando la parranda cruza el charco?
En Estados Unidos, la tradición sigue viva, pero se adapta. En muchas ciudades, las parrandas suelen organizarse con más planificación: se anuncian por grupos comunitarios, se hacen en centros culturales, iglesias o festivales, y a veces empiezan más temprano por el clima y por respeto a los vecinos.
En años recientes, organizaciones como el Julia De Burgos Cultural Arts Center también han promovido eventos como el Parrandón Navideño, una fiesta comunitaria con música, regalos para niños y actividades para toda la familia.
La diferencia con la tradición en la isla es clara: en Puerto Rico, las parrandas suelen ser espontáneas y nocturnas, visitando casas de familia de forma sorpresa.
En Estados Unidos, como en Cleveland, muchas veces se organizan entre eventos públicos o comunitarios, con rutas planificadas, fechas fijas y participación de organizaciones, para adaptarse al clima, a las normas locales y a los vecinos. Aun así, el corazón de la tradición, la música, la unión y el compartir, sigue intacto.
